martes, 10 de julio de 2012

TUCUMAN: MASIVA PARTICIPACIÓN DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS EN EL ACTO LLEVADO A CABO EN LA HISTÓRICA CASA DE TUCUMÁN.

Se dio a conocer el Acta Fundacional de la Declaración de la Independencia escrito en quechua

Participación de autoridades tradicionales y delegados de los pueblos originarios en el acto 9 de julio, Casa de Tucumán.




Por: jacintoaceri@yahoo.com.ar (COMUNICACIÓN ENOTPO)

En la mañana de este lunes 09 de julio, autoridades del Encuentro Nacional de Organizaciones Territoriales de Pueblos Originarios (ENOTPO), Delegados en el Consejo de Participación Indígena (CPI) y miembros del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) se llegaron a la ciudad de San Miguel de Tucumán para participar del Acto por el Día de la Independencia del Estado argentino, en el que la presidente Cristina Fernández de Kirchner divulgó el Acta Fundacional de la Declaración de la Independencia escrita en idioma Quichua.

El acto, que se llevó a cabo en la histórica Casa de Tucumán, inició a horas 11:00, con una visible presencia de los más de 200 representaciones de los pueblos originarios proveniente de los diferentes territorios ancestrales de lo que hoy es Argentina, además de las distintas organizaciones sociales provinciales y nacionales. El grueso de las autoridades y delegados se concentraron primero en la Plaza de La Memoria, desde donde partieron hacia la Casa de Tucumán.

En el descubrimiento del Acta Fundacional de la Declaración de la Independencia, escrita en Quichua, acompañaron a la Presidente Cristina Fernández cuatro autoridades tradicionales en representación de los pueblos originarios del país. El mismo estuvo compuesto por Gabina Ocampo (pueblo Qom), de la Organización de Educadores Originarios de la provincia de Formosa; Abel Camacho, del Movimiento de la Nación Guaraní “Kereimba Iyambae” y Delegado en el CPI; la Lonko Juana Vilarosa, de la Organización Ranquel Mapuche Toay de la Pampa; y Rosa Rua Nahuelquir de la Organización Territorial Mapuche Nor Feleal, de la provincia del Chubut.

Gabina Ocampo, destacó la participación de los pueblos originarios en este acto recordatorio de la Declaración de la Independencia: “Fue una emoción muy grande, porque nosotros como pueblos originarios hemos mantenido esta identidad, ya sea a través del idioma o a través de nuestra cosmovisión, siempre lo hemos mantenido. Nosotros, que estuvimos representando de alguna manera a los pueblos originarios, hemos puesto de manifiesto nuestra presencia y nuestra propuesta dentro del marco de lo que es la construcción política del Estado”, dijo.

“Consideramos que hay avances importantes en cuanto a la participación de los pueblos originarios, porque en otros tiempos, nos imponían la idea de una sola cultura, una sola lengua y un solo territorio. En cambio, actualmente podemos decir que los pueblos originarios estamos dentro de este país que es Argentina con territorios propios, que reconocen nuestras identidades. Esto es muy importante para nosotros. Son avances que se están dando y favorecen nuestra visibilización, porque siempre estuvimos invisibles, y esto lo estamos haciendo a través de nuestra incidencia hacia la transformación y adecuación de las políticas públicas que se están dando en este proceso y deberán aplicarse en relación a la realidad de los pueblos originarios, y nuestra participación lo garantiza”, amplió.

Las autoridades tradicionales consideran que estos avances dependen del protagonismo de cada pueblo y de los aportes que se pueda hacer para las políticas públicas para los pueblos indígenas, teniendo en cuenta que el marco legal está establecida. Las proyecciones de los pueblos originarios y la participación en las políticas públicas se están dando desde los diversos ámbitos. “Solamente en el aspecto económico no podemos decir lo mismo, porque hay muchas instituciones, organizaciones no gubernamentales que hablan por nosotros, bajan muchos financiamientos y nosotros ni siquiera lo vemos porque no lo administramos. Pero sí podemos decir que hay una proyección, visibilización y exigencia en la implementación de los Derechos establecidos”, puntualizó Gabina Ocampo.

martes, 3 de julio de 2012

SOCIEDAD › UN ANTROPOLOGO REVISA LA RELACION ENTRE LA REVOLUCION DE MAYO Y LA DEFENSA DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS


“El vínculo fue cortado por la Historia” Por Leonardo Rossi “Sin alterar los discursos americanistas no se podía justificar el genocidio indígena”, plantea como hipótesis el antropólogo Marcelino Fontán. Para este académico, la desaparición ideológica de los revolucionarios de 1810 fue condición para (y potenció) la negación del exterminio indígena delineado y ejecutado por la generación del ochenta. Aunque material historiográfico da cuenta de que Manuel Belgrano o Bernardo Monteagudo promovieron la igualdad entre indígenas y criollos, esta historia no fue aprehendida en el imaginario social argentino. El postulado multicultural de principios del siglo XIX fue despedazado por otro ideario que se cristalizó en la matanza de los pueblos originarios del sur, a finales del mismo siglo. Antes, después y durante, sostiene Fontán, una maquinaria simbólica hizo posible que el grueso de la sociedad asimilara, sin cuestionamientos, el exterminio físico y cultural de los habitantes ancestrales de estas tierras. Ese programa político y económico “llega hasta la actualidad”, bajo nuevas formas de avance sobre territorios indígenas. El antropólogo, profesor titular en la maestría en Antropología Social de Flacso y docente de la cátedra de Salud y Derechos Humanos (Medicina-UBA), propone reconstruir “un vínculo que fue cortado”, el de las comunidades indígenas y los revolucionarios de Mayo. Y como forma de divulgación de esta historia, sugiere crear en el Espacio de la Memoria un pabellón que dé cuenta del “plan sistemático, que incluyó secuestros, robo de personas, privación de identidad”, que padecieron las comunidades aborígenes. Fue justamente en la ex ESMA, durante el IV Seminario Internacional de Políticas de la Memoria (Ampliación del campo de los derechos humanos. Memoria y Perspectivas), que Fontán expuso esta hipótesis. “¿Punto final?”, cuestionó acerca del genocidio originario y la desaparición cultural de la generación americanista de la Independencia. Junto a Página/12 amplió estas ideas, ante un nuevo aniversario de la Revolución de Mayo. –Matanzas de aborígenes existieron en varios momentos, ¿qué impronta particular tiene la impulsada por Julio Roca? –El genocidio indígena está a lo largo de toda la historia colonial, pero el Estado argentino, entre los años 1879 y 1880, en la llamada Campaña del Desierto de Roca ejecuta un genocidio físico y cultural con un plan sistemático: negación de identidad, secuestros, apropiación de personas. El exterminio de esas poblaciones como tales era el gran objetivo. En muchos casos, esos pueblos continuaron en estado de sometimiento con intervenciones violentas, vinculadas con la explotación como mano de obra o a la represión ante la resistencia. Lo mismo ocurrió en la Campaña del Chaco, que empezó cuatro años después que la de la Patagonia, a cargo del general Benjamín Victorica. Allí, además de toda la lógica utilizada en el sur, se puso el acento en el sometimiento físico para así garantizar trabajadores para los obrajes e ingenios de las grandes empresas. –Ese genocidio tuvo como manto discursivo la existencia de un otro que debía ser exterminado porque era “salvaje” o “no educable”, ¿qué ocurrió entonces con los postulados indigenistas de principios de siglo? –Esos genocidios son resignificados en la historia como una expansión de la civilización frente al mundo salvaje. Lo interesante es que, décadas antes, la fracción de los americanistas de Mayo compuesta por Mariano Moreno, Juan José Castelli, Bernardo Monteagudo, Manuel Belgrano y José de San Martín tenía una posición frente a la cuestión indígena que planteaba la igualdad absoluta de todos ante la ley. Tomaron las ideas de la revolución francesa, las llevaron a la realidad americana y la hicieron extensiva a la población negra, indígena y criolla. –¿Cómo se tradujo eso en la práctica? –Monteagudo, Moreno y Castelli eran abogados que estudiaron en la Universidad de Chuquisaca (actual territorio de Sucre, Bolivia) y allí recibieron la memoria oral de la rebelión de Túpac Amaru II (Gabriel Condorcanqui), de 1780. Y como abogados defendían causas indígenas contra la explotación de esos pueblos en las minas. –¿De qué forma plasmaron en lo institucional esta concepción de igualdad? –Tenían un proyecto común. Por ejemplo, Monteagudo es una figura dejada de lado, que tiene una trascendencia enorme en este sentido. Entre otras acciones, redacta la proclama de Chuquisaca del 25 de mayo de 1809, donde la reivindicación de la libertad para el indígena es central, y junto a Castelli, en la campaña del Alto Perú, realizaron la proclama de Tiahuanaco, que eliminaba toda forma de servidumbre de los indígenas. Monteagudo tiene un paralelismo bastante fuerte con la figura del Che. Fue un tipo que estuvo en todos los movimientos revolucionarios, con un papel activísimo para concretar este ideario americanista. –¿Cuándo se empiezan a silenciar estas voces? –Aunque fue un largo proceso, el recorte de estos discursos, resignificados en términos donde se vuelven inocuos, toma fuerza cuando se comienza a reescribir oficialmente la historia por la Generación del Ochenta. En 1882 es citado el primer Congreso Pedagógico Nacional por el gobierno de Roca. Allí se establecen los planes de estudio que apuntan a una población inmigrante, recién llegada y sin memoria. Reciben un relato histórico que justifica el nuevo modelo de país. Eso se enmarca en un operativo cultural, que también incluye a la literatura, la plástica, la ciencia. Es decir, sin alterar los discursos americanistas no se podía justificar el genocidio indígena. –¿Cómo se manifestó esa maquinaria? –Por ejemplo entre 1884 y 1887, Estanislao Zeballos escribe su famosa trilogía donde da una versión de las costumbres de “los salvajes” cargada de valoraciones negativas, que contribuyen a justificar que hayan sido desplazados. En los mismos años, José Hernández escribe el Martín Fierro, que más allá de los méritos literarios, hace circular como ideología un profundo desprecio del indígena e incluso de alguna manera celebra que sea aniquilado. Es interesante la difusión del libro, que según algunos estudios, para fines de los ’80 había vendido 50.000 ejemplares en un país de poco más de dos millones de habitantes. También, Angel Della Valle, pintor de La Vuelta del Malón, presenta desde la plástica una imagen del indígena como un ser feroz y oscuro. Ese tipo de pinturas se incorporan a los libros de texto y trabajan sobre ese nuevo discurso. –De alguna forma esto desemboca en una Argentina aparentemente moderna, crisol de razas y granero del mundo. –La generación del ochenta piensa un país, lo delinea y pone en juego todo. Es un modelo de pensamiento estratégico, que claramente estableció una visión hegemónica. Entonces la tarea nuestra es absolutamente contrahegemónica. Hace falta deconstruir todo este proceso que nos llevó hasta aquí, para empezar a entenderlo de nuevo. –¿Por dónde comenzar? –Hay que comprender que aquellos revolucionarios de Mayo reconocían en Túpac Amauru II al verdadero referente de la revolución americana, quien además tuvo un programa económico y social. Por eso es que Belgrano propuso en el Congreso de Tucumán una forma de monarquía constitucional que retome la tradición de los incas y que tenga a un descendiente indígena a cargo del gobierno del Río de La Plata. Eso fue desdibujado en nuestra historia, pintado como un arranque de locura de Belgrano. Lo que se perdió entonces fue un proyecto político contrapuesto al que triunfó. –Belgrano no sufrió el olvido de Monteagudo, pero sí fue despojado de su discurso indigenista. –Ignorar a Belgrano no era posible. Pero las relaciones de poder que se establecen después de 1880 chocan con su discurso. Eran indigeribles las ideas de libertad, igualdad y fraternidad entre criollos e indígenas al lado de Sarmiento, vocero del positivismo, que consideraba que estos habitantes originarios de América eran animales bípedos. Fue una dura tarea la de recortar, y se llevó a cabo con delicadeza, manteniendo los nombres y citando los hechos, pero deformándolos. Este relato fue entregado a los inmigrantes que poblaron la Argentina. Y mientras éstos recibieron una historia del nuevo lugar, los indígenas ya contaban con una memoria de esta tierra. Esa memoria es la que se buscó silenciar mediante el genocidio. –¿Por qué cree necesario releer los discursos de Moreno, Monteagudo y Belgrano? –Desde el debate ideológico, volver a poner en escena a los revolucionarios de Mayo, después de 200 años, no estaría nada mal. Pero sobre todo, sería valioso que los propios pueblos indígenas puedan reconectar su pasado con las luchas de aquella generación, culturalmente desaparecida, que peleaba junto a ellos. Es una relación que fue cortada. Ese ideario americanista es parte de la historia de los pueblos originarios que habitan el actual territorio argentino. fuente : Pagina 12

CUMBRE SOCIAL DE LOS PUEBLOS COMISIÓN DE PUEBLOS ORIGINARIOS

(foto: Jacinto Aceri) Mendoza, Junio de 2012 Desde la Comisión de Pueblos originarios, reunidos en el Territorio Ancestral del Cuyum – Huentota, nos comprometemos a continuar con la revitalización y fortalecimiento de los Pueblos, para ello impulsamos y proponemos acciones en pos de consolidar las alianzas estratégicas desde y con el Mercosur. Durante años América sufrió la imposición de los modelos implementados por el “primer mundo” desde el colonialismo, imperialismo hasta el neoliberalismo. Los poderosos grupos económicos con los medios políticos, financieros y mediáticos apoyaron y consolidaron la desigualdad social, construyendo un discurso hegemónico homogeneizante que sistemáticamente invisibilizó, negó y silenció a los Pueblos Originarios. En ese marco, se configuraron mecanismos y operaciones de exclusión, provocando que miles de hermanos/as se vean atravesados por la pobreza y la marginalidad. Los últimos años los países de la región se han fortalecido y asociado en Bloques Regionales como la UNASUR y la CELAC. El mundo es un escenario de disputa permanente, los países integrantes del MERCOSUR y toda Abya Yala es un territorio privilegiado en bienes naturales, que resiste en cada jurisdicción el avance de la codicia de los capitales al servicio de las multinacionales. La definición política y jurídica de la tierra como “bien estratégico no renovable” es un cambio de paradigma fundamental para Argentina, en coherencia con los procesos de algunos países sudamericanos como Ecuador y Bolivia, de los derechos de la madre tierra y de la protección de los bienes naturales. Esto nos fortalece y posiciona frente al mundo en busca de la construcción de alternativas sustentables de cara a las futuras generaciones. En esta misma línea, y de un tiempo a esta parte, se ha generado un debate crítico sobre el enfoque político del “Buen Vivir/Vivir Bien” lo que posibilita una profunda revisión de la situación actual de los Pueblos Originarios, el impacto que han producido los diferentes Modelos de Desarrollo y sobre todo, los efectos que estas políticas han tenido sobre los Pueblos Originarios y los Territorios. Los Pueblos Originarios venimos luchando por la implementación efectiva de políticas interculturales, con el objetivo de producir un cambio de paradigma en la concepción monocultural de Estado con el afán de alcanzar una construcción plurinacional y pluricultural, basada en el respeto a la diversidad y el pluralismo político, económico, jurídico, cultural y lingüístico. Para alcanzar dicho objetivo es necesario un cambio en la relación que se establece entre los Pueblos Originarios, los Estados y sus instituciones, así como con el conjunto de los sectores de la Sociedad Civil. Para continuar un camino de construcción colectiva es fundamental que se produzcan nuevos paradigmas que respondan integralmente a las reivindicaciones y demandas históricas de los Pueblos Originarios. Es necesario que sean las Organizaciones Territoriales representativas de los Pueblos Originarios las que ejerzan funciones institucionales en el Estado, para que sea efectiva la política pública para con los Pueblos Originarios. Estamos convencidos que las experiencias que ya están cristalizadas en algunas constituciones nacionales son enriquecedoras y pueden ser un buen inicio e insumo que aporte a una transformación en la relación entre el Estado y los Pueblos Originarios. Sin embrago se advierte la tensión entre el creciente carácter plurinacional y pluricultural, que en mayor o menor grado se manifiesta en los Estados de la región, frente a la persistencia del poder expropiador que en defensa de sus privilegios como cultura invasora, se resiste al reconocimiento y al respeto de la Preexistencia de los Pueblos Originarios. En esta Cumbre de los Pueblos queremos mirar hacia un proceso de articulación y de construcción colectiva hacia la Patria Grande, con los Pueblos Originarios como protagonistas de cada uno de los cambios, dejando en claro que las instancias internacionales como las Conferencias de la ONU se han vuelto cerradas, excluyentes y han demostrado su funcionamiento antidemocrático, caracterizado por un consejo de seguridad con privilegiados y poder de veto ante cualquier iniciativa diferente. A partir de los ejes sugeridos para esta Cumbre Social del MERCOSUR a realizarse entre el 27 y el 28 de junio de 2012, en Mendoza, Argentina, proponemos: Derechos Humanos - Reconocimiento del genocidio de los Pueblos Originarios en América como base fundamental para la creación de naciones pluriculturales. En el marco de la expansión del capitalismo y la división del trabajo a nivel global Argentina quedo sometida al rol de exportador de materias primas, aumentando así la presión por la expansión hacia el Territorio de los Pueblos Originarios. Esta apropiación se llevó a cabo a través de un plan sistemático de exterminio físico y cultural. A quienes logramos sobrevivir al embate estatal en nombre del “progreso” Occidental, se nos intentó forzar a abandonar nuestros modos de vida, nuestros idiomas, a entrar como mercancías en el mercado laboral en condiciones precarias. En el caso de nuestro país, el Estado por medio de su visión liberal y europeizante, se encargó de erigir un discurso legitimador de la desigualdad, en el cual nuestra cultura y modos de vida fueron denigrados. - Los Pueblos Originarios también somos parte de la historia del Estado. Consideramos fundamental recuperar las voces de aquellos que de alguna u otra manera formaron parte del proceso que confluyó en la consolidación del mismo. Es fundamental que los países sudamericanos visibilicen la memoria histórica y colectiva de los Pueblos. La construcción de una historia revisionista debe contemplar que somos protagonistas de nuestra historia y hemos intervenido en ocasiones de manera decisiva en los sucesos que hilvanaron el devenir histórico de la región. En Argentina, aún en 2012 no existe una historia oficial que reconozca que la creación del Estado Argentino se asentó en las matanzas y sometimiento de nuestros Pueblos Originarios. Revisar y denunciar esto es fundamental para la construcción de una historia que sirva de basamento para la consolidación de un presente y un futuro que contemple la diversidad cultural existente en la región. - Derecho al Territorio y a la Identidad como Derecho Humano: la preexistencia de nuestros Pueblos a la creación de los Estados implica una serie de derechos que deben ser reconocidos y garantizados, reconociendo también que las fronteras estatales impuestas a los Pueblos Originarios hoy, nos han llevado a una situación de migrantes que no responde a nuestras concepciones tradicionales. Somos parte del Territorio, compartiendo cada uno de los espacios territoriales de manera armónica. Nos interrelacionamos con la naciente de los ríos, el corazón de las montañas, la savia del interior de la tierra desde una cosmovisión de plena consciencia en el resguardo del agua, del aire, de los bosques y de la diversidad biológica, porque estos elementos son el resguardo de nuestra continuidad como Pueblos Originarios. Es por esto que es fundamental el reconocimiento del Territorio como punto de partida para una reparación histórica real, garantizando el ejercicio de los demás derechos como eje central del desarrollo productivo socio-cultural y económico. Rol del Estado - Establecer como condición previa para ser país miembro del MERCOSUR el reconocimiento, la implementación y la adecuación de las legislaciones nacionales a: La Declaración de Derechos de los Pueblos Indígenas de la ONU, el Convenio 169 OIT, el Convenio Internacional sobre Biodiversidad, el Convenio Internacional sobre Cambio Climático y el Protocolo de Nagoya. Los Estados miembros deben garantizar: - La especificidad del Derecho Indígena reafirmándolo por medio de la sanción e implementación de la Ley de Propiedad Comunitaria como derecho fundamental, avanzando así hacia la construcción de Estados Plurinacionales. - Los Estados miembros también deben garantizar un sistema educativo integral en el cual se contemple la Educación Autónoma, Educación Intercultural Bilingüe (EIB), los valores, cosmovisiones e historia de cada pueblo, el diseño de una currícula que incluyan docentes - maestros tradicionales y contenidos indígenas según la diversidad cultural. - Garantizar el reconocimiento de las experiencias de formación profesional y técnica que surjan del sistema educativo integral de los Pueblos Originarios, conformando un sistema de convalidación de títulos en todos los países miembros MERCOSUR. - Incorporar en la Educación Superior Universitaria de las carreras de Derecho u Abogacía un espacio curricular que incorpore la jurisprudencia nacional e internacional que amparan los Derechos de los Pueblos Originarios sobre sus Territorios y Patrimonio Tangible e Intangible - Incorporación del reconocimiento y complementariedad de la medicina tradicional en los ámbitos académicos y de la salud pública. - Revalorizar los conocimientos y saberes ancestrales y tradicionales de cada Pueblo. - Restitución de Restos y Patrimonio Cultural de los Pueblos Indígenas. - Impulsar espacios para la recuperación de nuestra Memoria como Pueblos Originarios fortaleciendo nuestra Identidad. - Materializar el derecho a una comunicación con Identidad con plena y efectiva participación de los Pueblos. - Garantizar la instrumentación del derecho pleno a la Participación y a la Consulta para el Consentimiento Libre, Previo e Informado antes de cualquier intervención de cualquier iniciativa en los Territorios Indígenas. - En el marco del fortalecimiento de la región es imperioso el reconocimiento de la realidad que atraviesa a los Pueblos en relación a los movimientos transfronterizos tal como se reconoce en el artículo 32 del Convenio 169 de la OIT. “CONTACTOS Y COOPERACIÓN A TRAVÉS DE LAS FRONTERAS. ARTÍCULO 32: Los gobiernos deberán tomar medidas apropiadas, incluso por medio de acuerdos internacionales, para facilitar los contactos y la cooperación entre pueblos indígenas y tribales a través de las fronteras, incluidas las actividades en las esferas económica, social, cultural y del medio ambiente” Los límites establecidos por los Estados no contemplan nuestro modo de relacionarnos que trasciende a las fronteras, en este sentido, creemos que es fundamental que en el contexto del MERCOSUR se formulen nuevas normativas para el reconocimiento de esta situación. Trabajo e inclusión - Partiendo de la base que los Pueblos tienen una concepción diferente de trabajo a la occidental se deben reconocer, proteger y fomentar las formas tradicionales de producción, circulación, comercialización y distribución de las producciones. Esto se garantizaría por medio de un desarrollo con identidad en los Territorios. - Sistemas impositivos, barreras arancelarias, aduaneras y sistemas de regulación de la producción y el trabajo. Participación ciudadana - Consolidar el proceso de articulación institucional de los Estados en el marco del MERCOSUR a través de contemplar y aplicar el marco jurídico con respecto al Derecho Colectivo de los Pueblos Originarios fortaleciendo sus propios contextos organizativos, culturales y territoriales. - Garantizar espacios de participación efectiva de los Pueblos en el MERCOSUR, integrado por representantes elegidos a través de los propios mecanismos. - Discusión e implementación de políticas públicas con incidencia real que aborden problemáticas comunes a la región. Apartado Especial Repudiamos como Pueblos Originarios los intentos de golpes de Estado institucional y desestabilización por parte de las Oligarquías terratenientes y multinacionales de la Región, y el aumento de la represión sobre Pueblos Originarios como resultado de esta situación.